lunes, 28 de enero de 2013

Pinturas sucias de la ciudad. Nocturnos.



En esta entrada les mostraré seis pequeñas obras de mi serie de Nocturnos.


Al salir de la Escuela Luján Pérez, por la calle Mendizabal corre a veces un aire
frío y húmedo.  Las sombras y la luz falsa pintando abstracciones, como si nada.
Ni un alma.


A finales de 2009 y durante casi todo el 2010, me rendí al cemento de mi ciudad, que es el cemento de todas las ciudades... 



La calle Curva no acaba nunca, y si te despistas, desembocas en la calle Arco.
Las aceras minúsculas, los coches arrimados.


...a la luz gris amarillenta, a las formas informes de mis noches de Vegueta, que son como todas las noches.



Verticales de piedra y de luz.
Alguien vuelve a casa, pero casi no le veo.

Querría volver al paisaje. Este de abajo es el único de la serie que conservo conmigo:


La luz de las farolas. Al fondo a la izquierda, Guinigüada.

Ahora, volviendo a estas pinturas, me pregunto cómo rayos las hice; ni idea. Espero que los jefes de la Tate no me pidan una serie similar, no sabría qué decirles. ¡Qué sofoco, qué papelón...!


 El callejón negro, a la derecha, se empina hasta el barrio profundo de San José.
Desde arriba se disfrutan las mejores vistas de la ciudad, pero el señor del maletín no lo sabe.

 Aunque yo pueda  usar los colores que quiera -tubos no me faltan- en mi ciudad, el verde es gris. En todas.

Dos arbolitos en fuera de juego se disculpan en un callejón
aledaño a la biblioteca insular, que ya ni abre los domingos.

Este humilde Blog, Diario de un Pintor podría haberle llamado, abre cada día. 
Ojo, mancha.


LezcanoJaén



sábado, 19 de enero de 2013

Proceso creativo en un retrato.



Conocí al grabador y diseñador Rolf C. Hakansson durante mi  exposición más reciente, a finales de 2012. 
Sus grabados, por cierto, están expuestos durante este mes de enero en el Museo de Arucas, la antigua Casa Gourie, que dispone de una colección permanente conformada por una espléndida muestra de esculturas de Abraham Cárdenes y sus alumnos, años 50 y 60 del pasado siglo. 
Entre esos alumnos, el Maestro y amigo Félix Reyes, tremendo escultor y ser humano. 
Vayan y reincidan. Impresionante lugar.


Rolf con su retrato

A Rolf, como creador gráfico, le interesaron especialmente mis dibujos mixtos, los de línea y mancha que tenía expuestos en la sala "sobre papel". Me lanzó entonces, allí mismo, una propuesta: un retrato en esa manera, a ese estilo. 
Unas semanas después nos citamos con un café, charlamos unas horas y le tiré unas fotos, pero...



Boceto 1

...ya saben lo que ocurre con la fotografía: Rolf, a través de mis fotos, no coincidía con lo que de él quedaba en mi memoria. El clic capta un instante de luz, no es comparable a la información que absorbes de una persona en dos horas de conversación, con sus sorbitos de café. 

De la impresión fotográfica y el conocimiento pasajero al retrato con tintas y lápices, no hay un trayecto estrecho. ¡Y qué bueno que sea así!



Boceto 2

En el retrato necesito hacer algunos bocetos que me ayuden a hacerme con el mapa, con las relaciones. Así, después, cuando sea de verdad, todo podría resultar más natural y lógico. 

Arriba les enseño dos de esos bocetos sacados de mi superbloc casero.

Me lancé con dos intentos paralelos. 
Este de aquí abajo tiene un aire de superhéroe de cómic que no me disgusta, pero tampoco era lo que buscaba:


Retrato 1. Me gusta menos.

En esta otra versión, creo que me acerqué a ese precario equilibrio entre el parecido al modelo y la personalidad del dibujante-pintor. 
Lograr que sea él, sin dejar de ser yo, ahí está el problema.


Retrato 2. Rolf, por Pedro.

Una experiencia más, un aprendizaje más. Y sobre todo, un posible nuevo amigo. Seguimos...

LezcanoJaén