Imagen de una de las tres salas contiguas del Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, donde se expuso Tiempo y Verdad.
En su célebre tratado sobre iconología (1593) Cesare Ripa sistematiza el vasto y disperso lenguaje alegórico a partir de las múltiples tradiciones literarias, filosóficas, pictóricas y mitológicas del pasado, y del que han bebido tantos pintores y poetas desde entonces. En las indicaciones de Ripa, el Tiempo se representa como un hombre viejo y barbado, camino de ser arrastrado por el paso de los años, pero dispuesto a desvelar la Verdad en el cuerpo claro de una mujer joven y pura.
Yo recreo aquí, desde mi pequeña parcela de espacio y de tiempo, mi propio universito iconográfico de señores con bombín que escapan de sus marcos, de mujeres sin plumas que juegan sobre la hierba arrebatada que se cuela por los intersticios de la pompa y las molduras, de los caracoles y los huevos, de la vida que viene y de la vida que va…
pedrolezcanojaén
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