jueves, 16 de enero de 2014

Hombre Desnudo, o el Comedor de Aceitunas Negras



Cientos de años, miles, describiendo, dibujando, pintando, esculpiendo, fotografiando filmando el cuerpo de la mujer. 

¿Es objetivamente más bello el cuerpo de la mujer? 

La pregunta es tan absurda como imposible de responder. Ellas son más redondas, acabadas; l´origine du monde, que diría y pintara Gustave Coubert.


Boceto: El comedor de aceitunas (negras)
 La verdad, a mí me parece que el colgarajo que nos cae de entre las piernas, muy estético no es, ¿o sí? Hace un tiempo intenté pintar un Su de él, un hombre desnudo, que se gusta y se muestra. 


Pocas veces hago bocetos previos.
Tan definitivos como este, nunca.
Sexy, contoneante, justo como no deben ser los hombres de verdad, los de toda la vida, bien masculinos y más o menos tiesos.

Su de Él, o El Comedor de Aceitunas (negras)

Me callo y termino. Arriba les dejo las fotos del proceso, bocetos y resultado final de aquel modesto intento.  





6 comentarios:

  1. Buf, pues si me quitas al desnudo masculino por menos estético, "castras" (nunca mejor dicho) mi pintura "de cabo a rabo" (vaya, otra vez el dichoso colgarajo...) En serio, el hombre desnudo en el arte todavía mantiene la ventaja de la generalidad, de poder representar al género humano, al igual que ocurre en el lenguaje, donde el masculino es el género no marcado. Que se lo digan a los clásicos...
    Lo que pasa es que llevamos "cientos de años, miles, describiendo, dibujando, pintando, esculpiendo, fotografiando o filmando el cuerpo de la mujer" porque los pintores habéis sido mayoritariamente hombres. Lógico. Pero tiempo al tiempo.
    Por cierto, me encantan tus comedores de aceitunas negras (también muy griegas y, por ende, clásicas).
    Felicidades por el resultado y el proceso.

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  2. Cada vez que me dejas un mensaje, me dan ganas de que sustituyan a mis parrafadas, por no hablar de tus desnudos masculinos, buenísimos. Gracias compi!

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  3. Hola Pedro, soy Noé, y no tenía ni idea de que también eras pintor.

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  4. Hola Noé! Pues sí, ahora conoces a mi otro yo. Yo, soy dos. ¿Tú cuántos eres? Siendo un chico tan curioso seguro que podrás ser tantos "Noeses" como quieras, pero hay que ir eligiendo: no se puede ser realmente bueno en todo. Hasta el lunes, Noé ajedrecista!

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