jueves, 27 de septiembre de 2012

Tinta Sobre Papel


Foto de Andrés Brito, testigo presencial de los hechos.

No presumo ni lamento el hecho de que me intentaran asesinar en mi propia inauguración, al contrario, soy muy consciente de mi parte de culpa. Les cuento:

Ocurrió durante la apertura de una de mis últimas exposiciones. La sala lucía espléndida y repleta de amigos. Desconocidos también había. Todos regalándome parabienes, por cariño o simple cortesía: 

-¡Me encanta el color!
-¡El trazo es muy potente!
-¡La técnica impecable!



El desdichado Pintor, creyéndoselo todo.     Foto: Andrés Brito


La crítica nunca alcanza al protagonista en estos acontecimientos. Si acaso algún silencio incómodo o mirada patética. La ironía es otro de los recursos utilizados, pero requiere mayor destreza. Recuerdo que un personaje ancho con un bigote lacio se me acercó por mi izquierda, señalándome con el dedo mucho antes de llegar a mi lado:

-Aprecio una fuerte tendencia hacia lo trágico en tu Pintura, aunque uses colores fuertes y alegres, en cierto modo.
-Si le soy sincero, no pienso mucho cuando pinto.
-Se nota, se nota, de ahí las absurdas contradicciones en las que caes a veces.
-Bueno, quizá sea más coherente con mis dibujos, me siento fuerte en ellos.
-En efecto, en efecto, tu obra gráfica es más sobria y elegante, aunque adolezca de un cierto amaneramiento desagradable.
-¿Usted cree? Le agradezco la sinceridad, no es lo más frecuente recibir crí…

 Minutos antes, una mujer madura, chaqueta roja, pelo estofado, rostro reflexivo, con una enorme copa de boca ancha ennobleciendo su pose de experta observaba, en la zona de mis dibujos a tinta china sobre papel Arches de alto gramaje, un desnudo soberbio, está mal que yo lo diga, especialmente insinuante, de una línea ondulada y serpenteante considerablemente hermosa para qué mentir, y acertados pero breves toques rojos de collage.



El detonante.

Sin duda, la pieza no le dejaba indiferente, y aunque su mano libre no sostenía la lista de precios, estaba seguro de su pronta adquisición. Mientras, el señor del bigote se me acercaba, su dedo balanceándose.

Pareció confirmar mis suposiciones de venta cuando decidida, descolgó la pieza de su pared y con una rara habilidad liberó el dibujo de la madera y el cristal, estropeándolo ligeramente. Tras darse la vuelta y según supe después, sumergió mi obra indefensa de forma grosera en su cava y con pasos largos e indisimulados, se situó a mis espaldas para, con probidad admirable en una señora de su edad, y antes de que mi interlocutor pudiera advertirme, introducir en mi boca la masa aromática que fue mi maja en tinta, en el momento en el que empezaba yo a disertar sobre la crítica constructiva.

La consternación fue general en la sala, como es natural. También el silencio, sólo roto por los aullidos de mi agresora, que se revolcaba sobre mí en el suelo y que con una fuerza inusual estaba logrando acabar con mi vida, pues el papel ennegrecido hecho a mano disuelto en el líquido navideño, una plasta, bloqueaba mi sistema respiratorio ya de forma alarmante.


El asunto se puso francamente feo.

La parálisis de los asistentes, que ya no miraban mis cuadros, tuvo una afortunada excepción en el amable anciano que poco antes elogiaba mi técnica. Se arrojó sobre la agresora y redujo a Sylvia Ballesta, que entre espumarajos y balbuceos respecto a no sé qué del pincel, fue conducida, sin más, a las dependencias policiales.


Nota:

La Señora Ballesta, que en declaraciones posteriores explicó su explosión de rabia al resultarle “insoportable el tembloroso trazo del pincel”, fue absuelta sin cargos.
Con el tiempo nos hicimos buenos amigos; gran conversadora, fina esteta, terminó por convencerme con sus argumentos respecto a mi trazo.
De hecho a día de hoy, ya son tres mis intentos de suicidio, aunque seguiré dibujando.

                                                                                                                                                                      LezcanoJaén





lunes, 24 de septiembre de 2012

¡Arte, Arte, Arte!




Rafael Navarro Miñón, arquitecto de profesión. Creador de vocación, y de hecho.

Por fin expondrá en Londres. La Tate espera ¡al Genio, al Artista! The Daily Telegraph

Alabado en Tokio, aclamado en Nueva York,  Berlín se arrodilló ante su talento. París, Barcelona, Moscú… Y  ahora, nuestro Museo de Arte Moderno le abrirá sus puertas para glorificarlo. The Independent

La divinidad sostenía, entre otras muchas, la excentricidad de no acudir a los actos en los que con absoluta seguridad se ensalzaría a su ego. -Odio  las adulaciones, huyo del aplauso fácil, me repugna la ignorancia, la vulgaridad, la incultura del populacho -decía desde su pedestal celestial. Y continuaba: -Mi obra es sólo para minorías, para una selección rigurosa elegida por los dioses.

La Reina Madre, el Primer Ministro y el Representante de la Cámara de los Lores, olvidándose de la flema inglesa, calificaron como de ultraje a las instituciones británicas la ausencia del extravagante artista en el acto de inauguración, y así se lo hicieron saber mediante las correspondientes notas redactadas por las secretarías de la Casa Real, de las cámaras del Parlamento y del Foreing Office. -El protocolo me lo paso yo por el forro de los cojones, dijo, mientras rompía en trozos los papeles. Después tiraba de la cadena del retrete. 

Las salas se saturaron de talento, de ingenio, de agudeza, de innovación. En una: un perro encadenado y hambriento al que no se le permitía la ingesta de alimentos, en otra: latas de conserva abiertas sobre una fuente de calor para que fermentara su contenido, en la contigua: televisores que emitían en directo el deshielo de los polos, el descalabro irremediable de la banca, y la hambruna en Etiopía… ¡Arte!, ¡Arte! con mayúsculas… 

Sin embargo el centro de atención, los comentarios más apasionados, la apoteosis, la causó el carrito de acero inoxidable repleto de paños, cepillos, palas y productos de limpieza que ocupaba el centro de la Sala Principal en la que además se mostraban cientos de gusanos que se reproducían sobre un trozo de carne en putrefacción. Insistimos: ¡Arte!, ¡Arte! y ¡Arte! Pero volvamos al carrito. Despiecemos la obra. La lejía estaba elaborada en Portugal, el cubo y el palo de la fregona, rojo y amarillo, era una referencia directa a la bandera española, el distribuidor en el Reino Unido del plumero atrapa-polvo tenía apellido griego, la patente del jabón era italiana, francés el abrillantador... ¿Y el carrito? El carrito íntegramente fabricado en Alemania. No había que seguir, todo estaba bajo control, nada era producto del azar. El dominio, la explotación, el aplastamiento del poder económico alemán sobre el resto de países europeos quedaba explícitamente constatado. Una crítica dura y directa a la perversa política económica fraudulentamente llamada comunitaria. Extraordinario, prodigioso, innovador, genial, comprometido, firme, voraz. Hubo aplausos y vítores. Y, cómo no, la referencia unánime: el carrito de limpieza. 

Obra de hondo calado conceptual. S/T

La pieza, que si bien fue la más y mejor conceptualizada por los especialistas en Arte  e incluso por los analistas más prestigiosos expertos en economía, produjo, sin embargo, estupor en ciertas esferas  políticas y monetarias. La Canciller alemana, una tal señora Merkel, haciendo eco de la petición del BCE, exigió su retirada inmediata. Y así se hizo. La prensa no habló de otra cosa. Y se intentó responsabilizar al artista del descalabro bursátil, del descenso de inversiones en deuda pública y del aumento de la morosidad en las hipotecas inmobiliarias de esas fechas. En fin…  

La Canciller cuando se enteró de lo del Carrito

Noche de aquel día. Barrio obrero de Tottenham, norte de Londres. Dos de la madrugada: 
Liza Blentow empleada de la empresa de limpieza The White Duck, se incorpora en la cama. Sonríe: -Willians, cariño, me acabo de acordar donde dejé olvidado el carrito de la limpieza. El señor  Blentow, entre resoplidos, masculló: -bexyhiqugrt... y siguió roncando.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Meideistudio y la fusión de las artes.


En el muelle viejo no todo es decadencia. 
Si te metes a la derecha y sigues hasta el fondo, por el lado ferruginoso del atracadero hasta la esquina y subes al segundo por esas escaleras de colegio viejo, puede que veas burbujear al final del pasillo una luz amarilla y azul. 


Construcciones planas, muelle, y un vago reflejo, de la Serie "Por detrás de la ciudad."
En ese edificio de la derecha, en su segundo piso, se respira futuro.


Es una estancia de paredes ilustradas y frontón verde, con mesas trasparentes sostienendo computadoras, como en el aire. 
En el lado más oscuro, un tipo agarrado a un lápiz digital, dirige una extraña orquesta de imágenes fragmentadas al son de Radiohead. Es David Macías, creador de Meideistudio, agencia creativa.



David Macías en su Estudio.

Pero este hombre de la imagen digital se interesa también por la Pintura. Sí, por esa que se hace con las manos y se respira. Que mancha, que huele hasta que seca, y que es sólo una, cada vez. 

Recuerdo tu primera visita ¿hará un año? hablamos de todo. 
De todo menos de lo que nos ocupaba...

Calla un poco, Perico, ¿a qué había venido yo aquí? Dime.

Querías un retrato, pero no esos de sonrisa congelada, como los de aquellos pintores que calcan el aburrimiento sobre la luz del proyector. Y es que ¿cómo captar ese algo esencial del modelo, y a la vez inundar el lienzo de colores, de líneas y texturas de forma potente, estética, expresiva?  

No sé cuántos meses transcurrieron, hasta que una mañana un mensaje de facebook me recordó: "Y mi retrato, ¿lo vendiste?"

Espabilé y nos pusimos, ahora en serio. Salió en una semana, intensa, divertida, repleta de charlas, de bocetos rápidos, pruebas... Y la cámara como testigo porque además, haríamos un making-of, o algo más, verán.



Bocetos para el Retrato.


El Retrato:

El Hombre de Londres, Mixta en Lienzo, 116x89cms


El hombre que ya ha puesto un pie en Londres con su Meideistudio, y tomando prestado el título de aquella película lentísima y espectacular de Bela Tarr, hemos titulado a esta pintura, de la que pronto veremos su proceso en un corto documental con el sello de Meideistudio


El domingo pasado asistí a la primera sesión de montaje, el arte de craquelar y armonizar las imágenes y el sonido con una intención, en este caso artística. 

Cerramos un círculo creativo, enriquecedor como siempre que se mezclan disciplinas, y que esperamos poder mostrar durante la exposición de Fricciones, que se inaugura el próximo día 11 de octubre, en el CICCA. 


                                                                                                                                                                          LezcanoJaén

domingo, 16 de septiembre de 2012

María de Bárbola en Fricciones



Una de mis preferidas...


De Las Meninas de Velázquez, pintura acabada a mediados del siglo XVII sobresale, entre tanto personaje ilustre, una chica de pelo suelto, coqueta, de expresión viva, que sostiene entre sus dedos cortos un misterioso objeto. 
Es el anillo de la fidelidad, dicen algunos historiadores, pero nada se ve, ni con la lupa. Claro, en realidad la mano está vacía; es sólo un gesto, un "venga ya, Diego" de una mujer harta de tan pija compañia, con sus poses, sus trajes inflados y el pesado Nicolasito Pertusato, que no deja en paz al perro, "¡qué paciencia hay que tenerrr, main Gott.!"


Fragmento de Las Meninas.

Tenía ella su vida propia en aquellos días largos de Palacio. Sus entrehoras, su corazoncito. Era mujer de inteligencia sensible y dura, a pesar de su condición. Si posó durante horas y días, semanas, con esa paciencia de terciopelo, fue por contentar al atractivo Maestro Velázquez, cincuentón ya pero de bigotes aún afilados y oscuros. No  había forma de resistirse. La admiración y la simpatía eran mutuas, si he de creer a María; ¿y por qué me iba a mentir, a estas alturas.? 

Sí, conozco mucho sobre esta alemanita de apariencia modosa. Sé más de lo que nos cuenta la Historia, tan seria. 
María de Bárbola, Bárbola Asquín, posó para mí durante los dos o tres meses previos al último verano. Le hice varios retratos, algún desnudo francamente sexy y charlamos largo. Una experiencia única de la que me siento un hombrecito afortunado. 
Les iré enseñando los frutos pictóricos de aquellos encuentros, pues de chismes no puedo hablar, me hizo prometer.

"Recógete el pelo, María. Recógetelo y date un toque en los labios, así, así, muy guapa."



María de Bárbola sobre papel artesanal, en técnica mixta.

En otra ocasión les enseñaré el desnudo integral que me entregó esta dama irrepetible, aunque adelanto y confieso que no logré captar del todo su sensualidad, ni su serena complacencia...

jueves, 13 de septiembre de 2012

Serie Fricciones; pintura, iconos, pasado, futuro.





Un rinconcito de mi taller, atrapado por Leif Firnhaber

Ya sea en la Pintura o en el Cine, en la Literatura o en la Escultura, sería de necios no mirar atrás, al menos de vez en cuando. Detenernos en Rembrandt o Murnau, en Moliere o Miguel Ángel; por simple disfrute, curiosidad, aprendizaje. O porque sí. 

Habrá que caminar y hacerlo hacia adelante, desde este tiempo nuestro, pero sin dejar de alimentarnos con las infinitas capas que forman nuestro pasado, cada vez más grueso. Esto deberíamos hacerlo de forma inconsciente, creo. 

Pero quien escribe lleva 13 meses revolcándose premeditadamente en la Pintura de hace 3, 4 y 5 siglos, mezclándose, aprendiendo, haciéndola suya. 

La foto que incluyo más arriba, un pedazo de mi taller, una microescena real con la que convivo cada día al introducirme en mis guarrerías mañaneras, no es inocente. Domenico Ghirlandaio o Manolo Millares, qué más da, lo bueno siempre alimenta, y yo estoy hambriento.

La serie Fricciones, que presentaré en breve, empezó a gestarse en agosto de 2011. Es curioso cómo la mezcla de vivencias, lecturas, catarros, viajes y perritos calientes nos influyen, nos hacen. 

Ficciones, sin erre, es el título en el que se agrupan una serie de relatos impactantes -para mí, hasta entonces ignorante en la Obra de Borges, como de tantos otros- que descubrí en ese verano recontrahúmedo, caluroso y sin soles, repleto de estornudos y de mocos -sigo refiriéndome a mí- en el que casi no pinté ni media mancha. 

A finales de agosto, en una tregua de mis alergias, me aferré a unas brochitas hediondas que andaban por ahí despistadas y salió algo. Una relación extraña llenaba el soporte, una mezcla de colores desordenados combinados con una graduación de ocres rojizos más bien clásicos, una especie de fricción, una ficción también, que formaban el rostro de uno de los enanos favoritos del viejo maestro Diego Velázquez y otro más ambiguo y coloreado, más mío. 

Algo pequeñito comenzaba, y con un carbón enredado en un trapo negruzco y grasiento escribí esa tarde en la pared: Fricciones.
Hoy, sesenta y tantas piezas conforman esta serie. Un pedazo de mí.

11 de octubrem en el CICCA

LezcanoJaén 


El Proceso Creativo y los Bocetos de Mentalización.


El proceso creativo y los bocetos de mentalización.



Inauguro este espacio que me regala el ciberespacio dejando caer algunas ideas sobre el proceso previo a la obra final.

Este fue uno de los primeros bocetos de mentalización de cara a la preparación de mi propuesta en el X Certamen de Arte en la Tierra





Contiene, creo, el espíritu de aquellos campesinos de la era en la que casi todos trabajábamos el campo.

Este otro no se parece al anterior ni a los siguientes, y menos aun al resultado final, pero atrapa quizás el mismo aire que aquellos...




Pocos días antes de la celebración del certamen dediqué varias sesiones a manchar, con los colores imprecisos de la tierra, las cabezas de unos personajes que ya sentía como míos, sus cuerpos como masas simplificadas y sus manos, a menudo lo más expresivo que puede mostrar una persona.








Llamo a estos dibujos y pinturas, a estas manchas casi inconscientes, bocetos de mentalización, porque están lejos de ser un mero entrenamiento, adiestramiento de la mano o el ojo de pintor. No, al arrastrar la brocha o el carbón, lo sentido era mayor que lo aprendido o lo entrenado. 
Yo iba a pintar, no lo he explicado aun, sobre unas viejas paredes  empapadas de historia, de vida pasada aunque estén cargadas de futuro. Los medios y el soporte, las condiciones serían completamente diferentes, el resultado formal también debería serlo, pero el espíritu no. 

Para terminar esta primera entrada en el Blog, les muestro un aspecto general de la obra terminada:

LezcanoJaén



Vista general de "Retales"

Por cierto, y esto, ¿qué es?, un mural, un graffiti. ¿Otra cosa?