domingo, 18 de mayo de 2014

Un Retrato Espeluznante en el Arcón



En el altillo de mi tallercito andaba yo la otra tarde revolviendo en lo viejo. Buscaba soportes donde pintar, pero además de lienzos y cartones tropecé con una rata muerta.
No, no fue nada de eso, la sorpresa no emitía olor alguno. 
El culpable de mi sobresalto fue este espeluznante retrato:


Homo Economicus en Crisis Existencial (fragmento)

Pues sí. Expuse mis Homo Economicus en Crisis Existencial, en enero de 2010 en el desaparecido Magenta. El problema fue que el título asustó al galerista tanto como a mí la rata muerta, y me instó a idear uno alternativo. 
La Soga Roja fue el elegido, mucho más simplón teniendo en cuenta que todos mis caballeros lucían una laaarga corbata de ese color.


El Pechito Reminiscente del Homo Economicus 

Les iré enseñando (si me prometen no mirar) más piezas de esta serie en posteriores entradas. Por el momento les tranquilizaré comunicándoles que, por razones de salud pública, he procedido a la destrucción de este retrato ignominioso. 
Snif.

LezcanoJaén





miércoles, 14 de mayo de 2014

Los Bebe Sin Sed

Las 9 o las 12. Pinto como si se fuera a acabar el mundo y olvido la existencia de los instrumentos que miden el tiempo. Por el repicar de uñas y lametazos en los pies, adivino que Sergio y Laika se han introducido en mi cueva. Ni les miro. No se conforman y Sergio empieza a ladrar, el maldito. Paro y descubro mis manos rojas de magenta oleaginoso, aun sabiendo que llevo siglos sin degollar a nadie. Tienen hambre, seguramente es la 1 ya. 
¡Vamos a la cocina, enanos! Qué poco necesitan estos bichos queridos para festejar. Mientras les preparo su enyesque siento el optimismo, me gusta lo que estoy haciendo, pero... ¿qué estoy haciendo? La inhalación continuada de vapores de trementina en combinación con las cervezas de la noche me están matando hasta el chocheo.


Los Bebe Sin Sed.

Les dejo la comida en el suelo y corro al taller, donde, repartidos por el suelo, la mesa y los caballetes, sorprendo a borrachos rojos sin rastro de ron en el vaso, a mujeres altas con ex-altos cargos enanos y desnudos compartiendo mantel, a niños inquietantes aspirantes a monarca, todos en proceso, a medio hacer, vivos. 

¡Mierda, ahora el que tiene hambre soy yo!



                                                                                                                                                                                 LezcanoJaén