Una lenta metamorfosis, cada año más carca, criticón, negativo, intolerante, viejo.
Viejo y feo de tanto gruñir.
A su mujer de siempre, casi le pesan los mismos años, pero parece que con el tiempo lo ha comprendido todo y cada vez es más grande, bella y sabia; no se retuerce frente a la muerte, se acomoda en la corriente y disfruta con el disfrute de los demás.
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Agua, Ron y Té. |
Ahora su hija, que les llegó muy tarde, empieza su fiesta y derrama su entusiasmo sobre la mesa y en el aire por la habitación entera: proyectos, viajes, novios, toda una vida en estreno que alimenta a su madre y envenena a su padre, sin saber por qué.
Y es que ellas no solo saben envejecer bien y con dignidad, sino que si se quedan solas, o sea viudas (hay unas cuantas), siguen sabiendo vivir bien y con dignidad. Y eso me tranquiliza.
ResponderEliminarUstedes, pareja, serán jóvenes siempre. Se salen de la norma, y nosostros que nos aprovechamos, a ver si se nos pega!
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